Desde la primera página me encontré en un mundo que no dista mucho de lo que, como digo, en televisión me gusta ver. Y es que Alejandro Ronda sabe de historia medieval y eso se nota en las páginas. Además es capaz de transmitir toda esa información que él tiene de una manera clara, sencilla y elegante, lo cual los profanos en esta materia agradecemos enormemente, ya que nos permite disfrutar de la lectura como ésta se merece. [...] En definitiva, honor, valor, honestidad, una pizca de humor y acción es lo que nos vamos a encontrar en esta preciosa novela.